Asociación cristiana ofrece claves a empresarios en contextos de crisis

, 12 May. 23 (ACI Prensa).-
Argentina vive un contexto económico difícil, signado por la pobreza, las cifras de la inflación y la incertidumbre de futuro. En ese marco, Silvia Bulla, presidenta de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), compartió una reflexión sobre cómo “mantener el foco en lo importante”.

 

Bulla, quien asumió la presidencia de la Asociación hace algunas semanas, se centró en la necesidad de tener “coraje para avanzar hacia una economía diferente”.

 

En una coyuntura “difícil y preocupante del país”, consideró necesario hablar del tema “para encontrar en conjunto las soluciones y retomar un rumbo virtuoso”.

 

Para ello, afirmó, se requiere de la responsabilidad de los gobernantes, pero también de “las decisiones, testimonio y gestión diaria de los empresarios”.

 

Al respecto, compartió con ACI Prensa cinco ideas. En su reflexión, se inspiró en las enseñanzas del Papa Francisco y en la propuesta de ACDE Argentina, centrada en los valores cristianos.

1. Compartir la riqueza

A través de la filantropía y del pago de impuestos justos, equitativos y eficientes, que deben transformarse en bienes públicos.

2. Tener vocación comunitaria

En este punto, llamó a «integrar la economía informal a la formal», ayudando a regularizar situaciones y disminuir la brecha que agudiza las desigualdades, en pos de la inclusión e integración de todos.

3. Ser trabajadores

Siguiendo el legado del Venerable Enrique Shaw, fundador de ACDE, «los dirigentes de empresa debemos acercarnos a la realidad de nuestros colaboradores, comprenderla y ofrecer una trayectoria de vida para ellos», aconsejó.

4. Ser ejemplo

En este sentido, llamó a tener una conducta «ejemplificadora y constructiva», con el centro en el bien común, en las personas, la ética y la moral.

5. Ser activistas del cambio anhelado

Con nuevas oportunidades de empleo, colaborando y acompañando durante momentos de crisis.

 

Sumado a esto, consideró necesario un “fuerte hincapié en la educación, principal herramienta para el desarrollo individual y, también, para construir una trayectoria de vida para nuestros hijos”.

 

En el plano social, invitó a los dirigentes de empresas a aportar para que prevalezca «el diálogo y la cooperación» entre autoridades, instituciones financieras, organizaciones y demás actores sociales.

 

Finalmente, llamó a “cambiar el paradigma» de un empresariado asociado a la idea de producir riqueza, y transformarse en «agentes proveedores de nuevas oportunidades”.

 

Citando una vez más a Enrique Shaw, expresó: “Se trata de convertirse en fuente de voluntad transformadora”. 

 

“Una vez más debemos y podemos ser agentes de cambio, podemos hacer grandes contribuciones. A veces se trata sólo de la decisión y del coraje para cambiar”, concluyó.

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