Obispo recuerda al primer santo americano canonizado por Benedicto XVI

, 03 Ene. 23 (ACI Prensa).-
El Obispo de Villarrica (Chile), Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, recordó la canonización de San Alberto Hurtado, uno de los 5 primeros santos del pontificado de Benedicto XVI.

Tras la muerte del Papa Emérito Benedicto XVI, su pontificado, que se desarrolló entre 2005 y 2013, cosecha homenajes y memorias en todo el mundo. 

En Chile, un recuerdo especial es el de la canonización de San Alberto Hurtado, celebrada el 23 de octubre de 2005 en el Vaticano, acontecimiento al que se refirió el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin.

En declaraciones a ACI Prensa, el Obispo lo recuerda como “una inmensa alegría” para todo el país, ya que San Alberto Hurtado “es un santo que ha marcado la vida de Chile desde antes de su canonización, a través de muchas obras que realizó”.

Mons. Stegmeier recordó que en 2005 “el Papa Benedicto convocó a un Año de la Eucaristía, y justamente la culminación del Año de la Eucaristía coincidió con la canonización de San Alberto Hurtado”. 

Esta coincidencia, consideró, “ha sido providencial” porque uno de los lemas del Padre Alberto Hurtado es: “La Misa es mi vida y mi vida una Misa”.

Al establecer un paralelo entre el santo chileno y el recién fallecido Papa Emérito, el Obispo destacó la importancia de que los santos, “incluso el Santo Padre Benedicto XVI, sean comprendidos en el conjunto de su vida, de modo que no se parcialice”.

A veces, observó, “se puede insistir en un punto y la persona queda más bien desdibujada, en vez de representarse en toda su integridad”.

Como ejemplo, precisó: “El P. Alberto Hurtado tiene una vida completamente centrada en Jesucristo y de Él vive. Para Él, la Eucaristía era realmente su vida, porque Cristo era su vida. Y de ahí surge toda su obra”.

Otro recuerdo que el Prelado conserva de la ceremonia de canonización es el pasaje del Evangelio elegido para la Misa: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y a tu prójimo como a ti mismo”.

Con esto, reflexionó, “me viene a la memoria el Papa Benedicto, que muere diciendo: ‘Jesús, yo te amo’”. 

“Esa frase del Papa ilumina toda su vida. A veces se distorsiona la figura del Papa Benedicto XVI y se lo presenta como una especie de intelectual frío, y resulta que lo que ardía en el corazón del Papa, era el amor”, señaló.

“Todo su magisterio, toda su enseñanza, su ministerio, su vida, se resume en la frase: ‘Jesús, yo te amo’”, sostuvo.

“Es una enseñanza muy bonita, porque también el P. Alberto Hurtado nos podría decir lo mismo: que la vida es el amor del Señor. Él, que nos ama, nosotros que hemos de amarle, y amándolo a Él, amar también al prójimo”, manifestó.

“La canonización fue para nosotros una noticia muy bonita, y coincidente también con lo que ha sido la vida del Papa Benedicto”, consideró. 

A pesar de ser “dos personas tan distintas en muchos sentidos”, indicó, “lo que une a todos los fieles es Jesucristo, la fe en Él, la esperanza de la vida eterna que Él nos merece con su muerte y resurrección, y el don del amor de Dios, que se manifiesta en el amor al prójimo”.

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