Nacida en un sector rural de Chile, emigró con esfuerzo a la ciudad para ser profesora y sitió la llamada de Dios para servirlo en las mujeres desamparadas. Como religiosa del Buen Pastor ha pasado los últimos 25 años de su vida acompañando a las internas de la cárcel, para quienes creó la Fundación “Mujer, levántate”. Su testimonio y entrega ahora es reconocido a nivel mundial con el Premio Zayed 2024 a la Fraternidad Humana.