Al final de la audiencia general, la asociación AFI entregó al Papa unos pequeños pandoros en señal de amistad para los niños y también sacos de dormir para las personas sin hogar de Roma. El Pontífice entregó los dulces a los niños presentes en el Aula Pablo VI, mientras que los sacos de dormir fueron confiados a la Limosnería Apostólica, que los distribuirá entre las personas sin hogar.