En su carta, Francisco anima al pueblo a volver a sus raíces cubanas y cristianas, a su propia identidad. También les agradece por su ejemplo de colaboración y ayuda mutua, característico del pueblo cubano: abierto, acogedor y solidario.
En su carta, Francisco anima al pueblo a volver a sus raíces cubanas y cristianas, a su propia identidad. También les agradece por su ejemplo de colaboración y ayuda mutua, característico del pueblo cubano: abierto, acogedor y solidario.