A la hora del Ángelus de la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, Francisco profundizó sobre la parábola del trigo y la cizaña. Analizando los distintos “campos” de nuestra vida – del mundo, del corazón y del vecino – exhortó a buscar ante todo la obra de Dios y aprender a ver en los demás, en el mundo y en nosotros mismos la belleza de lo que el Señor ha sembrado