El instituto de las Misioneras de Jesús Crucificado, en las afueras de la ciudad de Porto Alegre, es una presencia de esperanza y solidaridad, una «casa» para cientos de familias necesitadas de ayuda. Las monjas que lo dirigen les ofrecen acogida, refugio contra las tormentas de la vida y espacio para los sueños. La historia de Sor Pierina Lorenzoni, presidenta de la Pequeña Casa de los Niños.