El documento publicado por la Comisión Pontificia presenta un vademécum con indicaciones para la «escucha informada» y para el apoyo económico, psicológico y espiritual a las víctimas. Destaca la necesidad de una comunicación más transparente, la asunción pública de responsabilidades por parte de la Iglesia y la agilización de los mecanismos de denuncia.