Miles de temblores después del principal, el del 6 de febrero, un estado de miedo constante y una vida cotidiana patas arriba, como desplazados, con la necesidad de recibir ayuda de todo tipo: así viven cientos de miles de habitantes de Anatolia, la región de Turquía fronteriza con Siria. El temor es que disminuya la solidaridad internacional que les hizo sentirse menos solos en los primeros días. El relato de Haddad de la comunidad local de los Focolares