La solemne celebración eucarística presidida en Lisieux por el Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos clausuró el año jubilar proclamado con ocasión del 150 aniversario del nacimiento y del centenario de la beatificación de la santa francesa. En su homilía, el Cardenal subrayó: «Vuestros nombres están escritos en el cielo: esta afirmación de Jesús, que la pequeña Teresa se aplica a sí misma, es la raíz de la alegría y de la confianza cristianas».