Sacerdote sordo cuenta desde la JMJ la historia de su vocación

MUNDO, 09 Ago. 23 (ACI Prensa).-
El P. Shawn Carey, sordo de nacimiento, viajó hasta Lisboa desde Boston (Estados Unidos), junto a un grupo de la parroquia de San Judas para participar en la JMJ. Una experiencia que, a pesar de las dificultades debido a su discapacidad, “merece la pena”.

Este sacerdote americano es director del apostolado para las personas sordas de la diócesis de Boston y llegó hasta la JMJ junto a otras 15 personas discapacitadas. Además, le acompañaba un sacerdote de la diócesis. 

Gracias a la ayuda de su intérprete, Nancy López, el P. Shawn contó a ACI Prensa su experiencia en la JMJ, lo que definió como  “un gran desafío”. 

Lamentó que en muchas ocasiones no lograron conseguir el acceso para personas discapacitadas y que también les resultó complicado comunicarse con los voluntarios.

Explicó que él es capaz de comunicarse con la ayuda de su intérprete, aunque afirmó saber “que es parte de la cultura y puede llegar a ser ‘un shock’ para muchos el tener que tratar con una persona sorda”.

“Estamos aquí haciendo lo mejor posible”, destacó el sacerdote poco antes de que comenzara la Vigilia en el parque Tejo. Asimismo, aseguró “no darse por vencido”.

“Lo que hemos aprendido para quien sea el siguiente anfitrión es que debemos encontrar la manera junto a los obispos americanos de cómo la gente puede tener más conocimiento de las personas con una capacidad”.

Por ejemplo, subrayó la importancia de que los organizadores “conozcan cómo pueden comunicarse con una persona sorda”.

“No me voy a dar por vencido porque Jesucristo nunca lo hizo, y siguió la jornada hasta la cruz del calvario, y la Resurrección es lo que nos da a nosotros la esperanza”.

Remarcó que “cada JMJ es algo inexplicable que pasa en el corazón de las personas, en cómo ellos se ven más cerca de Dios con toda la Iglesia universal. Definitivamente vale la pena estar aquí, siempre hay algo nuevo que aprender”.

Además, contó la forma en la que descubrió su vocación: “Yo estaba sirviendo como voluntario para las personas sordas, y había una mujer de Italia, que se llamaba María, que me decía que yo sería un buen sacerdote”.

“Yo no le hacía caso”, contó el P. Shawn. Sin embargo, cuando cayó enferma y antes de morir, sus últimas palabras fueron: “Serías un buen padre”.

“Yo no podía ignorar esas palabras, aunque tenía la opción de casarme y tener hijos y de seguir con mi carrera de abogado, Pero no, Dios me llamó para hacer otra cosa, y Él se comunica con nosotros a través de varios medios, formas y por diferentes personas”, concluyó.

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