Se han publicado las normas que, gracias a la institución del «whistleblowing» vigente para la Santa Sede y el Estado Vaticano, se permiten denunciar anomalías en el uso de los recursos financieros o materiales, irregularidades en las licitaciones y actos de corrupción, también a través de un buzón de correo electrónico dedicado. Las denuncias anónimas no serán objeto de seguimiento