Dos semanas después del inicio del «conflicto armado interno» decretado por el presidente Noboa, la violencia y la inseguridad en el país latinoamericano llevan a muchas personas a huir de las provincias más peligrosas, especialmente de la costa. El obispo del Vicariato de Esmeradas, monseñor Crameri, pide a los políticos que garanticen los servicios básicos y, con el apoyo de la Iglesia, propuestas de microemprendimiento para los jóvenes, atraídos por las bandas de narcotraficantes.