Tras el rezo del Ángelus, Francisco ha recordado a los países que sufren conflictos, desde Ucrania a Sudán, subrayando que «la guerra hace inhumanos a los pueblos, los induce a tolerar crímenes inaceptables». Se unió a la oración por las víctimas de los abusos de la Iglesia italiana, «indispensable» para retejer la confianza traicionada. Y recordó el testimonio de los dos mártires albaneses Palić y Gazulli Palic y del alemán Metzger, beatificados ayer y hoy