En los saludos después del Ángelus, el Pontífice volvió con el pensamiento a la guerra en curso en Europa del Este y, admirando la florida Vía de la Conciliación, adornada para la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, exhortó a no cansarse de rezar por la paz. El abrazo al «querido hermano» Patriarca Bartolomé con ocasión de la presencia en Roma de una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.