En un enérgico llamado desde el púlpito, el arzobispo José Domingo Ulloa denunció que la democracia panameña vive un profundo desconcierto, asfixiada por la corrupción y la impunidad. Instó a los ciudadanos a dejar de ser espectadores y convertirse en protagonistas de un nuevo tiempo, donde la fe se traduzca en compromiso cívico y acción transformadora.