En el marco de su CXIX Asamblea Plenaria, los prelados trazan un itinerario de gracia hacia 2033, anclado en Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe, como respuesta a las «dolorosas realidades» de violencia e injusticia. El mensaje de la CEM es un llamado profético a toda la sociedad a deponer las ideologías y construir la paz y la reconciliación a través del diálogo, reafirmando que la Iglesia debe ser «sinodal, profética y cercana al pueblo que sufre».