En su Mensaje de Navidad, los prelados recuerdan que “el Emanuel se manifiesta especialmente en los pobres, los marginados y en los hermanos migrantes”, y exhortan a “ser ese hogar que acoge sin prejuicios, comprendiendo que cuando abrimos la puerta al forastero o al necesitado, es a Cristo mismo a quien ofrecemos posada, dignidad y esperanza”