Obispo indio detalla por qué fue acusado de violar a una monja y asegura ser inocente

Vaticano, 14 Jul. 23 (ACI Prensa).-
El 1 de junio de este año, el Papa Francisco aceptó la renuncia como Obispo de Jullundur (India) de Mons. Franco Mulakkal, quien en enero de 2022 fue absuelto por un tribunal local de los cargos de violación en perjuicio de una religiosa y que en la actualidad enfrenta una apelación.

El viernes 14 de enero de 2022, un tribunal en Kottayam, en el estado indio de Kerala, absolvió a Mons. Mulakkal al considerar que “la acusación no pudo probar todos los cargos contra el acusado”.

 

A su paso por Roma tras presentar su renuncia, Mons. Franco Mulakkal expuso a ACI Prensa las acusaciones que enfrenta, lo que define como “un pedido de Dios para ser un ejemplo de cómo abrazar la cruz con alegría”.

Durante la conversación, el obispo de 59 años defiende su inocencia y hace notar los cambios en la versión de los hechos por parte de la religiosa. Además, explica la posible razón que habría llevado a la monja india —cuya identidad permanece en el anonimato— a denunciarlo por violación.

“No es una ignorante”

Mons. Mulakkal, nacido en el estado de Kerala, fue ordenado sacerdote de la Diócesis de Jullundur en 1990. En 2009, fue nombrado Obispo Auxiliar de Delhi. Y en junio de 2013 fue designado Obispo de Jullundur.

El Prelado explicó que la monja que presentó la denuncia fue madre general de la congregación Misioneras de Jesús durante 9 años, mientras vivía en un convento de la región de Punyab. “Por eso conoce bien todas las leyes de la Iglesia, sus derechos, y si algo va mal, sabe cómo remediarlo”, señaló.

Durante este tiempo, remarcó que la religiosa “estuvo en contacto con Cardenales, Nuncios Apostólicos, Conferencias Episcopales, etc. No es una ignorante, es una persona con toda la información y toda la posibilidad de estar en contacto con las máximas autoridades de la Iglesia”. 

Tras 9 años en Punyab, la religiosa fue trasladada a un convento en Kuravilangad, en Kerala, donde asumió el cargo de madre superiora. 

En contraste con lo difundido por los medios de comunicación, “este convento —precisó el Obispo— se encuentra bajo la jurisdicción de la diócesis de Palai y no de la de Jullundur, por lo que la idea de que la monja estaba bajo mi autoridad es una mentira que se ha difundido por todo el mundo”.

“Es una historia para vender otras historias. Ella vivía en otra diócesis, bajo la jurisdicción de otro obispo, no de la mía”, subrayó.

“Cuando ella estaba en una posición alta, yo estaba en Jullundur como simple sacerdote. Nunca habíamos trabajado juntos”, remarcó. 

Comienzan las visitas al convento

A principios del año 2014, la reunión bianual de la Diócesis tuvo lugar en Palai. “Allí la monja me invitó a visitar el convento, como Obispo de Jullundur. En compañía de un sacerdote lo visité por primera vez, tras la invitación de la monja. Me decía que yo no había ido nunca porque aseguraba que tenía algo en contra de ella”.

Con el tiempo, junto a este convento se construyó una casa de reposo para sacerdotes ancianos. Según explicó Mons. Mulakkal a ACI Prensa, en este lugar la monja “podía gozar de mayor libertad, y por este motivo ella quería permanecer allí”.

“Cuando yo tenía programas en esa zona, comencé a dormir y a pasar la noche allí. La zona donde vivo está muy lejos y es difícil asegurar que llegue a tiempo. Por eso iba un día antes”, señaló. 

Todo su itinerario “era fijado por esta religiosa”, de 48 años actualmente. “Ella hablaba con el párroco, era como una secretaria que hace todo. Ella me acompañaba a cada programa, en mi coche. La prueba está en el historial del convento”, aseguró. 

De 2014 a 2016 fue el periodo en el que Mons. Mulakkal visitó este convento y durmió en la casa de reposo. De estos años —remarcó— “hay vídeos y fotos donde se ve que no había ningún problema ni para ella, ni para mí, ni para nadie”. 

La denuncia de su prima

En el año 2021, Jaya Francis, prima de la religiosa, presentó ante el convento de Punyab una denuncia de 11 páginas acusando a la religiosa de haber mantenido relaciones con su marido.

Debido a la gravedad de la denuncia, las madres consejeras se presentaron ante el Obispo, Mons. Franco Mulakkal, quien aseguró haber dado una respuesta clara: “Soy fiel a la Iglesia. La Iglesia siempre ha sido acusada de encubrir estas acusaciones. No quiero que el Santo Padre me reprenda por ello”.

“Como obispo, les aconsejé hacer una primera investigación para descubrir si algo había ido mal. Ese fue mi consejo. Les pedí saber qué decidían y qué hacían los implicados. Nadie debía acusarme de haber intentado encubrirlo”, sentenció. 

“Yo he transferido a varios sacerdotes por problemas con dinero y mal comportamiento. También he suspendido a un sacerdote que había sido desobediente. Sabían que yo no acepto indisciplina en la Iglesia. Si no, ¿cómo podemos guiar a la gente?”, añadió.

Esa misma tarde, aseguró Mons. Mulakkal, recibió una llamada de la monja que le ha llevado a juicio: “Me pidió si podría acabar con esto de alguna forma, y le dije que como Obispo había hecho mi deber, que no se preocupara y que debíamos esperar a ver cuál era el resultado”.

“Y noté su enfado. Ella rápidamente rompió el contacto al ver que no la ayudaba. No volví a visitar su convento”, explicó. 

Intento de abandonar el convento

Tras recibir la denuncia de su prima, la religiosa —según indicó Mons. Mulakkal—, amenazó con dejar la Congregación y fue relevada en el cargo de superiora del convento. 

“Nombraron a otra monja como superiora y ella pidió la dispensa de sus votos. Quería abandonar sus votos para poder ser libre y casarse”, señaló el Obispo. 

“Cuando sus familiares se enteraron, le dijeron que no podían acogerla. Por ello le aconsejaron aguantar en el convento. Después, la monja retiró [el pedido de] la dispensa”.

“Empezaron a escribir cartas contra mí”

Según relató el Prelado indio, el objetivo de la religiosa era permanecer en la Congregación “de cualquier manera”.

“En las cartas decían que, como obispo, me entrometía en las cosas de la Congregación o que promovía solamente a las monjas que cumplían mis órdenes”.

“Quería decir que yo me estaba entrometiendo en su vida, y no es verdad, ni justo. En 2018 decidió presentar la denuncia de violación. Es una idea desarrollada después para echarme de la diócesis”, ya que el Obispo conocía su supuesta historia previa con el marido de su prima. 

“Quería impedirme y echarme para garantizarse su puesto”, señaló a ACI Prensa. En estas cartas, el Prelado asegura que no había ninguna acusación de intento de violación. No fue hasta 2018 cuando llegó la denuncia. 

Denuncia de violación 

El 27 de junio de 2018, Mons. Franco Mulakkal recibió la denuncia por violación. “En primer lugar, ella dijo que yo había tratado de violarla 13 veces, pero aseguraba que había logrado escapar todas ellas”. 

Tras la denuncia, el Obispo indio explica que la religiosa fue sometida a diversas pruebas médicas. Tras los estudios —precisó Mons. Mulakkal—, el escrito médico del 29 de junio revelaba que la monja había mantenido relaciones sexuales. 

Pasados unos días, el 3 de julio, la policía oficial de investigación recibió el informe del médico, donde se indicaba: “himen roto” (la membrana vaginal que suele desgarrarse en la primera relación sexual).

Al conocer esto, “la monja decidió cambiar la versión”. Tras los exámenes médicos, “aseguró que sí había mantenido una relación física conmigo, para justificarse, puesto que los resultados del examen médico correspondían a las relaciones que había mantenido con el marido de su prima”.

“La policía le llamó a testificar y le preguntó cuál era la verdad. Fue al magistrado y cambió la versión, diciendo que las 13 veces sí había tenido relaciones físicas conmigo”. 

El Obispo remarcó que “en la ley india no es necesario tener relaciones sexuales para presentar la denuncia, solamente con ‘tocar’ basta para condenar al acusado a la cárcel. Si esto es así —prosigue—, ¿por qué motivo cambió su versión? Porque sabía que si no la cambiaba, perdía la causa y sería expulsada”. 

“Ella ha conseguido tener la imagen de víctima”

En la denuncia de la religiosa se dice que el Prelado había abusado de ella 13 veces. Sin embargo, según afirma Mons. Mulakkal, “había dormido en la casa de reposo 19 veces”.

“Ellas, para hacer la denuncia rápidamente, miraron el historial del convento y aparecía que yo me había quedado 13 veces. Sin embargo, faltaban otras 6 noches en las que había dormido. La notificación no aparecía ese mismo día, sino que estaba escrita al día siguiente, donde se especificaba que yo había abandonado el convento”.

“En el juicio dijeron que yo había dormido allí 13 veces y que en todas esas ocasiones había violado a la monja. Sin embargo, yo llevé la prueba de haber dormido 19 veces”.

“El juez les pidió que aclararan por qué no hubo violación 6 días y les preguntó también cuál era su criterio para escoger solamente 13. Ellas no supieron responder”, afirmó. 

En sus declaraciones a la policía, la hermana aseguraba que recibía amenazas de muerte por parte del Obispo si no se presentaba en su habitación las veces que pernoctaba en la casa de reposo. 

“Durante el juicio, mi abogado le preguntó si en las supuestas 13 veces que vino a mi dormitorio, ninguna de las otras 40 personas de la casa de reposo le había visto. También le preguntó si alguna de esas veces no fue acompañada por otra religiosa. La denunciante dijo que no había sentido la necesidad de acudir acompañada y aseguró que no sabía si alguien la había visto”.

Para el Prelado indio, “esto verifica que nunca vino a mi habitación. Ella decía que yo la llamaba y la amenazaba con matarla porque era su autoridad. Y no he sido nunca su autoridad. Ella estaba bajo otra diócesis”. 

Asimismo, Mons. Mulakkal explicó que “cuando hay un proceso judicial, los testigos en el tribunal suelen cambiar la postura a favor del acusado. En mi caso, nadie ha cambiado de postura, por lo que no pueden acusarme tampoco de haber sobornado a los testigos”.

“Lo que yo he llevado como pruebas al juicio han sido sobre todo documentos, que tienen más valor que 1000 palabras. He tratado de tener todos los documentos posibles para demostrar que esta monja está mintiendo”.

Lamentó, además, que varias religiosas del convento hayan presentado cartas a la Madre General con presuntas pruebas contra el Obispo. “Ella ha conseguido tener la imagen de víctima y cuenta con la protección de la policía y del Estado desde hace 5 años”.

Otra testigo en el caso contra el Obispo, que también es miembro de las Misioneras de Jesús, dijo a los investigadores haber participado en chats de vídeo sexuales con el obispo, después de haber sido presionada por él.  Además, la religiosa que le ha denunciado aseguró haber recibido mensajes comprometedores del Obispo.

Mons. Mulakkal niega estas acusaciones y asegura que las religiosas no presentaron ninguna prueba y que tanto su móvil como su ordenador fueron examinados “y no encontraron nada”.

“Este es su juego. Ha perdido la causa en primera instancia. Pero pueden apelar en la Corte Superior. En India, como hay tanta población, todavía quedan mínimo 10 años para ir a la Corte Superior, una espera que se ha agravado con los tiempos del covid”.

“Me he encontrado con el Santo Padre”

Mons. Mulakkal resaltó: “La Iglesia es para mí como una madre. Mi Iglesia nunca me ha acusado, sino que ha entendido mi dolor, ha entendido las humillaciones, las mentiras que han sido divulgadas en todo el mundo, y la Iglesia ha sufrido conmigo, pero no se lo hace ver a ninguno”. 

“Me he encontrado con el Santo Padre y he entendido que la Iglesia ha sufrido, pero hasta que la causa no termine, el Vaticano no puede asignarme una tarea”. 

Señaló que, cuando le llegó la denuncia, le rezó a Jesús: “Tú sabes la verdad, deja a la gente que diga lo que quiera, pero Tú sabes la verdad”. 

“Yo con esto quiero ser un ejemplo de cómo abrazar la cruz con alegría y decidí hacerlo alegremente. Así me han visto siempre, alegre, porque entendí que es el pedido de Dios. Ni un minuto me he sentido abandonado por Él. Para mí es una misión. Si esto es lo que Dios quiere de mí, estoy preparado”. 

Subrayó que reza “todos los días” por la monja que ha presentado la denuncia y “por quienes están con ella y pretenden herirme”.

“Para mí es una misión, es algo que no viene del demonio, sino de Dios. Mientras siga vivo, lucharé, porque es mi misión. Todos me dicen que perderé por ir en contra de la voz de una mujer, pero es la Corte la que debe decidir”.

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