Obispo advierte que alejarse el Plan de Dios convierte al hombre «en un monstruo»

, 05 Ene. 23 (ACI Prensa).-
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández recuerda que en la Biblia se dice que “vio Dios lo que había hecho y era muy bueno” y advirtió que cuando el hombre se aleja del plan de Dios se convierte “en un monstruo de la manipulación humana”.

En su carta semanal, el Prelado proclama que “Jesucristo ha santificado esta preciosa realidad de la familia humana, donde todos los vínculos de amor ayudan a nacer, crecer y madurar el amor como vocación y destino del hombre”. 

Así, prosigue el Obispo, “cuando un niño crece satisfecho afectivamente, su psicología se desenvuelve sana y aprende a amar, como algo connatural a su propio desarrollo”. En cambio, cuando “los egoísmos de los padres se cruzan, quien sale perdiendo siempre es el hijo”.

Por ello, Mons. Fernández llama a poner “nuestras mejores energías al servicio de la familia, que sufre una fuerte erosión en la sociedad actual” pues es en ella donde se aprende a amar, a servir por amor y se descubre la vocación personal. 

Frente a ello, “se ha generalizado una mentalidad antinatalista y antivida”, en la que los hijos se convierten “en un producto humano, regulable a capricho del consumidor”. 

El Obispo de Córdoba lo ejemplifica al señalar que “en las fecundaciones in vitro se fecundan y se eliminan embriones como un simple material genético, que no tiene en cuenta la persona que ha sido engendrada en cada uno de ellos”.

Esa mentalidad también se plasma en la generalización de los métodos anticonceptivos, advierte, “para usar y abusar de la sexualidad a capricho, eliminando su sentido procreativo responsable”. 

Mons. Fernández subraya además que “en el final de la vida o cuando esa vida es dependiente, se tiende a eliminarla en lugar de mimarla con toda la ternura que merece”.

Mirando a la Sagrada Familia, el Prelado invita a descubrir cómo “el Hijo es amado por sí mismo” y el esposo y padre tiene como función “transmitir fortaleza, seguridad, cobertura y capacidad creativa”.

Por su parte, la esposa y madre está para “envolver con su ternura a todos los de la casa, de enjugar las lágrimas, de aportar un calor que sólo puede ofrecer un regazo materno”. 

La cultura contemporánea “pretende, en aras de una igualdad destructiva, borrar todas las diferencias enriquecedoras y complementarias que tiene una convivencia familiar”, denuncia.

Este entendimiento familiar responde al plan divino sobre el matrimonio, la familia y la vida que, como dice la Biblia “vio Dios lo que había hecho y era muy bueno”. 

Por ello, el Prelado llama a preservarlo: “No lo estropeemos con el pretexto de ampliar derechos. Alejarnos del plan de Dios va contra el hombre, convirtiéndolo en un monstruo de la manipulación humana, que tiene a su servicio los avances de la tecnología y de la biomedicina”. 

“Hagamos que nuestras familias sean lugar privilegiado para educar en el amor, fortalezcamos los lazos familiares, no dejemos que nos roben la familia”, concluye el Obispo. 

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