Cuarenta niños mexicanos de «San Joselito Sánchez del Río» tocaron para el Papa Francisco durante la audiencia general del miércoles 29 de enero. Procedían de Nogales, Sonora, a diez minutos de la frontera con Estados Unidos, donde la pobreza y la violencia constituyen el «contexto natural» en el que los niños se ven obligados a crecer