«Siento un dolor eterno por aquellos que fueron asesinados por Hitler, pero no me conmueve menos el destino de quienes murieron por orden de Stalin», escribió Dmitri Shostakóvich al comentar su cuarteto de cuerdas n.º 8, compuesto en 1960 después de haber visto las ruinas de Dresde, arrasada por los bombardeos aliados de 1945.