Los ataques, perpetrados la noche del jueves al viernes por militantes afiliados al autodenominado Estado Islámico, afectaron los distritos de Nangade y Palma, en la provincia de Cabo Delgado. Aquí se libra una guerra desde hace ocho años, con más de 6.200 muertos y más de 1,3 millones de desplazados.