La grave crisis humanitaria continúa en el norte del país de África oriental, devastado desde 2017 por la violencia de grupos islamistas que buscan tener el control de los recursos económicos. “La solución está en el desarrollo, pero esto será imposible mientras la guerra continúe”, declaró a los medios vaticanos el arzobispo de Nampula Ignacio Saure, presidente de la Conferencia episcopal mozambiqueña