El Papa recibió a los funcionarios de la Curia Romana y a los empleados de la Santa Sede, de la Gobernación y del Vicariato de Roma, que lo acogieron con un largo aplauso. En su discurso, el Pontífice invitó a todos a preservar «la memoria histórica» de la Sede Apostólica, a no perder la «dimensión misionera», como deseaba el Papa Francisco, y a superar las incomprensiones y los prejuicios con paciencia, humildad y «humorismo».