El Papa recibe en audiencia a los superiores mayores de la Compañía de Jesús y les anima a estar presentes en las «fronteras geográficas, culturales, intelectuales o espirituales»: en un mundo desgarrado «debemos convertirnos en expertos en reconciliación», es necesario «encontrar y hablar» el lenguaje de los jóvenes y defender a los pobres de las numerosas violaciones de su dignidad.