A la hora del Ángelus, el Papa reflexionó sobre el Evangelio del día que presenta la parábola del fariseo y del publicano del evangelista Lucas. El primero exalta sus méritos, mientras el segundo se presenta ante Dios tal como es, pidiendo perdón. “Hagamos lo mismo” exhortó el Papa. “Así podrá crecer, en nosotros y a nuestro alrededor, su Reino”.
