Al saludar durante la audiencia general a los fieles de lengua polaca y árabe, el Papa envía dos mensajes de paz. El primero lo dedica a los niños que sufren a causa de los conflictos en todo el mundo, especialmente en Ucrania y Gaza. El segundo, a los peregrinos procedentes de Tierra Santa, devastada por la violencia. El Pontífice invita a «transformar el grito de dolor en una oración dirigida a Dios».