Al recibir a los participantes en los capítulos generales de la Sociedad de Misiones Africanas, de la Tercera Orden de San Francisco y de los formadores de los Siervos del Paráclito, el Papa señala la conversión, la misión y la misericordia como las «dimensiones luminosas» de la Iglesia. A continuación, invita a abrazar la «locura de la Cruz», incluso en medio de las incomprensiones y las «burlas del mundo». Luego cita a San Agustín y su «remedio para el mal»: el perdón