León XIV envía un mensaje a los sacerdotes de la provincia eclesiástica de París. El texto, leído en la catedral de Notre Dame por monseñor Blanchet, obispo de Créteil, anima a un ministerio fundado en un amor generoso y sin reservas por las comunidades, marcado por la cercanía, la compasión, la dulzura, la humildad y la sencillez, «como nos ha recordado a menudo el difunto Papa Francisco».