Con motivo del centenario de la canonización de tres santos franceses, el Papa León XIV recuerda el «legado cristiano» de Francia, que «aún impregna profundamente su cultura y sigue vivo en muchos corazones». El Pontífice expresa su deseo de que, a través del ejemplo de Santa Teresa de Lisieux, San Juan María Vianney y San Juan Eudes, Dios renueve «las maravillas que Él realizó en el pasado» en el país galo.