Tras el rezo del Ángelus, el Papa expresó su dolor por la situación “muy grave” en Tierra Santa, especialmente por la interrupción de la tregua que «significa muerte, destrucción, miseria». El Pontífice pidió que las partes implicadas puedan pronto «encontrar soluciones distintas de las armas» y «emprender caminos valientes de paz». Y manifestó su cercanía a las familias de las víctimas del atentado de hoy en Filipinas, donde estalló una bomba durante una misa