La Noche de la Caridad transforma sitio de dolor en hogar para gente de la calle

, 02 Ago. 23 (ACI Prensa).-
El administrador diocesano de Mar del Plata (Argentina), Mons. Gabriel Mestre, presidió una Misa y bendijo el hogar “Hijos de María”, donde el servicio pastoral denominado “Noche de la Caridad” llevará su servicio de comida y habitación a personas de la calle.

La Eucaristía contó con la presencia de Marcelo Cippitelli, director de asuntos contenciosos de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), el P. Héctor “Choby” Díaz, asesor de la Noche de la Caridad, y demás miembros de esa pastoral en las parroquias de la ciudad, así como de los beneficiarios de la asistencia de este servicio de caridad.

El hogar “Hijos de María” es un espacio que forma parte del antiguo “Hotel City”, ubicado en Diagonal Alberdi Norte 2561 de la ciudad, y fue dado en custodia a la Diócesis de Mar del Plata.

En 2018, se desmanteló una secta que durante 50 años funcionó en las instalaciones del hotel bajo la fachada de un instituto de yoga, y que ejercía torturas, violencia, abuso sexual y explotación laboral y económica sobre decenas de víctimas.

Mientras continúan los trabajos de refacción del lugar, que presenta un notable deterioro, se habilitó un sector con 12 camas destinado a la Noche de la Caridad.

En la homilía, Mons. Mestre destacó: “Estamos sembrando la buena semilla en un lugar oscuro, signado por una historia trágica en esta casa. Este lugar, que hoy bendecimos, es signo de la luz del poder de Dios que triunfa sobre la oscuridad del mal”. 

El Prelado agradeció “la vocación del equipo de la Noche de la Caridad” para recibir a los hermanos que necesitan protegerse del frío de la noche marplatense. “Este es un lugar del buen trigo que superó la cizaña de una historia oscura”, aseguró.

Finalmente, dirigió un mensaje a los hermanos que viven en la calle y se incorporarán al lugar: “Este es un hogar, no es un hotel, y se llama ‘Hijos de María’ para que las personas en situación de calle reciban el trato de un hogar cálido y afectivo propio de las familias de Dios”, expresó.

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