Redacción Central, 14 Feb. 23 (ACI Prensa).-
El lunes se inauguró en El Salvador la primera de cuatro asambleas regionales con las que la Iglesia en América Latina y el Caribe participará en la fase continental de preparación para el Sínodo de la Sinodalidad, convocado por el Papa Francisco hasta 2024.
Del 13 al 17 de febrero decenas de delegados –entre laicos, religiosos y miembros de clero– provenientes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y México (zona denominada CAMEX) llevarán a cabo un proceso de escucha y discernimiento.
El lunes, la asamblea comenzó con una peregrinación a la Capilla Martirial San Óscar Arnulfo Romero, con un acto de apertura y un retiro espiritual.
Más tarde se celebró una Misa en la Catedral Metropolitana de San Salvador, presidida por Mons. Miguel Cabrejos, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En horas de la tarde, el P. Ricardo González, integrante del equipo de reflexión teológico pastoral del CELAM, presentó unas consideraciones sobre esta etapa continental del Sínodo de los Obispos.
Resaltó que el concepto de la sinodalidad “no es un eslogan teológico, ni una moda pastoral”, sino que por medio de esta “nos constituimos en Pueblo de Dios en camino”.
“La Iglesia debe ofrecer esta espiritualidad de la comunión para que el mundo crea”, subrayó.
Asimismo, destacó que la Eucaristía es “la fuente, el centro y el culmen de toda vida sinodal”.
“El Cuerpo de Cristo, unido a Cristo, su Cabeza, es el sujeto de la acción litúrgica y vive de la mesa compartida. La comunión nutre su dinamismo sinodal y misionero”, aseguró.
En ese sentido, dijo que una Iglesia sinodal “se nutre de la espiritualidad trinitaria, cristocéntrica, eucarística y mariana”.
¿Qué es la etapa continental del Sínodo?
El presbítero explicó que esta nueva etapa “no significa una réplica de la consulta, la escucha y el discernimiento que ya tuvo lugar”, sino “una profundización del proceso de discernimiento de los representantes de las Iglesias locales”.
“Este es un tiempo de escucha y de discernimiento de todas las Iglesias locales en esta región que llamamos CAMEX. De lo que fue algo más local en nuestra diócesis y países, ahora lo ampliamos, y queremos profundizar a nivel continental”, sostuvo.
El presbítero resaltó que “la etapa continental busca dar continuidad al trabajo de escucha y discernimiento del nivel local y nacional de la primera etapa, con el trabajo de la siguiente etapa, la universal, constituida por el Sínodo de los Obispos en octubre de 2023 y 2024”.
El discernimiento en las asambleas latinoamericanas y caribeñas
Mons. Miguel Cabrejos, presidente del CELAM, reflexionó en su discurso introductorio, el 13 de febrero, sobre el discernimiento comunitario, que “reconoce al Pueblo de Dios como sujeto discerniente”.
“La práctica del discernimiento en comunidad es imprescindible para crecer en sinodalidad y para realmente caminar juntos en nuestra Iglesia”, explicó.
También señaló que es el Espíritu Santo el que “nos impulsa a ser una Iglesia sinodal, que como tal no debe estar preocupada por su autopreservación, sino ser capaz de salir para anunciar el Evangelio”.
¿Qué sigue en el Sínodo de la Sinodalidad?
El Sínodo 2021-2024 convocado por el Papa Francisco se encuentra actualmente en la fase continental, que comenzó el 27 de octubre de 2022 tras la publicación del Documento para la Etapa Continental y culminará el 31 de marzo de 2023, cuando sean enviadas a la Secretaría del Sínodo las síntesis de cada continente.
En América Latina y el Caribe se tiene previsto realizar en las próximas semanas cuatro asambleas regionales que responden a los propósitos de la fase continental.
Después del primer encuentro en El Salvador, se realizará la asamblea para la región Caribe, en Santo Domingo (República Dominicana), del 20 al 24 de febrero.
En Quito (Ecuador) se desarrollará la asamblea para la región bolivariana del 27 de febrero al 3 de marzo. Finalmente, la asamblea para la región Cono Sur tendrá lugar en Brasil, del 6 al 10 de marzo.
Del 17 al 20 de marzo se reunirán en Bogotá delegados de cada región junto al Equipo para la fase continental, a fin de discernir y redactar la síntesis continental.
El P. González explicó que el texto conclusivo no será “un documento como los que brotaron de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, ni es el resultado de una elaboración realizada por un grupo de teólogos”.
“Es la sistematización de lo expresado en el diálogo de quienes participaron en casi un centenar de grupos de trabajo, integrados por laicos, laicas, religiosos, religiosas, sacerdotes, diáconos y obispos”, puntualizó.