Mientras la violencia no cesa en el país caribeño, la Conferencia Episcopal local pide a las autoridades que intervengan con prudencia por el bien de toda la nación. Monseñor Pierre-André Dumas, arzobispo de Anse-à-Veau-Miragoâne y vicepresidente de los obispos haitianos dice: «Es necesaria una transición pacífica del poder. La sociedad está paralizada por el miedo: las escuelas cerradas desde hace semanas por temor a nuevos atentados son un símbolo del fracaso»