Comunión y Liberación
Quiénes somos
Comunión y Liberación es esencialmente una propuesta de educación en la fe cristiana. Una educación que no acaba a una determinada edad, sino que continúa siempre, porque siempre se renueva y se profundiza. Lo mismo ocurre con el Evangelio que, a pesar de ser escuchado mil veces, revela siempre aspectos nuevos. Es lo que sucede en la experiencia del amor humano, en la creación artística e incluso en la simple vida diaria. La búsqueda de la verdad, la belleza, la justicia y la felicidad no se agota nunca. Lo mismo se da con la educación en la fe que hace del cristianismo una aventura en la vida y no una simple “preparación” para la vida.
Actividades
La vida del Movimiento es muy sencilla y libre. Comunidades grandes y pequeñas nacen espontáneamente en los ambientes donde se vive la vida diaria (escuela, trabajo, barrio) y se reúnen para verse y compartir momentos y gestos cotidianos. No se prevén carnés ni inscripciones formales. Quien quiera puede sumarse a las múltiples propuestas que invitan a profundizar en la fe de manera personal y comunitaria en cualquier momento y edad. En primer lugar la oración, con la participación en los sacramentos, el rezo del Ángelus y de la Liturgia de las Horas. A lo largo del “año social” asumen particular relieve la “Jornada de apertura de curso”, los Ejercicios espirituales y la celebración del Triduo Pascual.
Escuela de comunidad
La Escuela de comunidad es un instrumento educativo de desarrollo (como conciencia y como afecto) de la experiencia del encuentro hecho con el carisma. Consiste en la lectura y en la meditación personal de un texto propuesto a todo el Movimiento, a las cuales siguen encuentros comunitarios. El trabajo es concebido justo como una escuela: ante todo, es necesaria la voluntad de aprender; en segundo lugar, se pide una seriedad y una sinceridad para comparar con la propia experienciay así poder comunicar aquello que el misterio de Dios opera en uno mismo, esto es, para dar testimonio del propio cambio. Los textos propuestos son, por lo general, los del fundador, don Luigi Giussani, o bien los de su sucesor, don Julián Carrón. La participación es libre y a menudo se propone en los ambientes de estudio y de trabajo. Los encuentros tienen generalmente una periodicidad semanal.
Caritativa
Escribe don Giussani en El sentido de la caritativa: «Cuando experimentamos algo hermoso, nos sentimos empujados a comunicarlo a los demás. Cuando vemos a otros que pasan necesidad, nos sentimos empujados a ayudarles con algo nuestro. Esta exigencia es original y natural; prueba de ello es que la tenemos antes aún de ser conscientes de ella y de considerarla –justamente– como una ley de la existencia. La ley suprema de nuestro ser es compartir el ser de los demás, compartir nuestro ser con los demás. Puedo entender del todo la palabra “caridad” solo cuando pienso que el Hijo de Dios, al amarnos, no nos envió sus riquezas –como hubiera podido hacer, cambiando radicalmente así nuestra situación–, sino que se hizo indigente como nosotros, “compartió” nuestra nada».
De esta concepción nace la propuesta de la “caritativa”, un pilar de la impostación educativa del Movimiento.
Los primeros chicos de GS se desplazaban a una zona en la periferia de Milán, llamada la
Bassa, para compartir unas horas con los niños de familias pobres. Hoy las formas de caritativa son muy variadas: asistencia a ancianos y minusválidos, acompañamiento escolar a niños y jóvenes inmigrantes, ayuda en la búsqueda de empleo, recogida y entrega de alimentos para familias necesitadas…
Vacaciones
El desafío que don Giussani lanzó en los años 60 a los jóvenes de GS de cara al verano, parece totalmente dirigido a nosotros hoy: «Uno comprende lo que quiere viendo cómo utiliza su tiempo libre. (…) El tiempo de vacaciones es el más noble del año, porque uno se compromete como quiere con el valor que reconoce más relevante en su vida; o bien, no se compromete con nada, pero entonces es un necio. (…) Esto implica que las vacaciones son algo muy importante». Y nos da dos indicaciones valiosas para vivir este tiempo: «Supone, en primer lugar, valorar la elección de la compañía y del lugar, pero, sobre todo, un cierto modo de vivir: si las vacaciones no te hacen recordar lo que más querrías recordar; si no te hacen más bueno hacia los otros porque te vuelven más instintivo; si no te enseñan a mirar la naturaleza en su profundidad; si no te hacen vivir un sacrificio con alegría, el tiempo de descanso no alcanza su objetivo. Las vacaciones deben ser lo más libres posible». Y añade: «El criterio es el de respirar, si puede ser a pleno pulmón».
Por tanto, este tiempo de vacaciones nos desafía a cada uno: ¿cuál es el valor que reconozco como más relevante en mi vida? ¿Cual es mi necesidad? ¿Cuál es la amistad que necesito? ¿Qué modo de estar juntos es verdadera compañía?
Durante el verano, y a la vuelta, podremos contarnos qué ha sucedido tomando en serio, o no, esta propuesta de «vivir intensamente lo real».
Testimonio cotidiano
Desde el comienzo de GS, los jóvenes eran educados en la misión también a través de la atención prestada a determinados misioneros que vivían en lugares lejanos y en situaciones difíciles. En el curso del tiempo, CL ha colaborado con la labor misionera de figuras significativas en este ámbito, con entidades y órdenes religiosas.
En 1962 empezó una acción misionera entera y responsablemente sostenida (quizás por primera vez en la historia de la Iglesia) por estudiantes –los chicos de GS– en Belo Horizonte, Brasil. Esta experiencia, además de sembrar las primeras semillas de la presencia del Movimiento en América Latina, enseñó que no hay distinción entre la presencia cotidiana en las escuelas o en los lugares de trabajo y el anuncio cristiano que tantos misioneros llevan a lugares difíciles de África, Asia o América: se trata de la misma misión universal de la Iglesia. La presencia en nuestro ambiente de vida y laboral, a la que educa el Movimiento, se entiende en primer lugar como ofrecimiento a Cristo del propio trabajo, más que como una capacidad de iniciativa o de estrategia de comunicación. CL entiende la misión como un servicio a la Iglesia y un testimonio en la vida diaria en cualquier circunstancia.
Dónde estamos
Una fe vivida en comunión es el fundamento de la auténtica liberación del hombre. Nacido en Milán en los años cincuenta, el Movimiento está presente actualmente en noventa países.
Cuándo nos reunimos
Cada lunes nos encontramos a las 21:30 para ayudarnos a reconocer a Dios en lo que nos sucede, para dejar salir las preguntas que la realidad nos suscita y para crecer en una relación que nos permita afrontar todo de la vida sin censurar nada.