Desde que comenzó el conflicto, las enfermedades mentales, los ataques de pánico, la ansiedad y el estrés han proliferado, especialmente entre los niños palestinos. Nazek El Kord, psicóloga clínico infantil, afirma: «Aunque ahora hay una tregua, los niños siguen teniendo miedo. Su desarrollo emocional se ha visto interrumpido abruptamente». Es necesaria la intervención de la comunidad internacional.