El padre Gabriel Romanelli, contactado por teléfono en el recinto donde permanece cerca de la comunidad cristiana y de los refugiados acogidos, agradeció a Francisco su llamada de los últimos días. Una llamada «breve pero muy sentida y apreciada. Le vimos el domingo en el Ángelus, le dimos las gracias por su llamamiento a la paz». Y añadió: la verdadera paz debe construirse sobre la justicia. No se puede mover a las personas como si fueran objetos y privarlas de sus derechos