El secretario para las Relaciones con los Estados interviene en la ONU a los 30 años de la Declaración de Pekín. A pesar de los importantes avances, afirma, sigue habiendo un alto nivel de discriminación en el trabajo y obstáculos en el acceso a la educación y la sanidad: los Estados deben comprometerse a proteger el respeto y la dignidad, y deben rechazarse soluciones falsas como el aborto.