“Náufrago siempre esperando”. En el tiempo de su canonización, Pier Giorgio Frassati, que llamaba a la vida “alegría a través de los dolores”, muestra que la paz y la esperanza, las auténticas, nacen de un enamorado que dice un “sí” tenaz y escondido cada día, inclinándose en Dios y hacia el hermano. Así la oración se hace amistad en Cristo, servicio corresponsable, “caridad política”.