En la primera audiencia general del nuevo año, el Papa Francisco instó a no olvidar el drama de los refugiados musulmanes que huyen de Myanmar y cuyo destino parece estar constantemente suspendido en el limbo. «Somos personas, no números», habían protestado el verano pasado en Sri Lanka. La manifestación, frente a la oficina de la ONU en Colombo, se ha repetido en los últimos días por temor a que Naciones Unidas cierre el presidio local que los ayuda