El Papa recibió a los miembros de Athletica Vaticana, a quienes reconoció «el importante testimonio cristiano en el mundo del deporte», que, sin olvidar nunca su carácter amateur, en un momento difícil como el que vive la humanidad, puede «favorecer relaciones de paz» porque une «a las personas, independientemente de sus capacidades físicas, económicas o sociales».