Siguiendo la indicación de los obispos del país asiático, todas las estructuras eclesiásticas, en coordinación con las Comisiones diocesanas para la acción social, se han puesto a disposición de la población para garantizar refugio y ayuda humanitaria ante la enésima tormenta que ya ha provocado la evacuación de miles de personas. “Recemos unos por otros mientras afrontamos este feroz tifón”, dijo a los fieles el obispo de Legazpi, Joel Baylon.