El número de muertos por la tormenta tropical Bualoi, ahora convertida en tifón y rumbo a Vietnam, sigue aumentando: al menos 24 personas han fallecido y miles han sido desplazadas. La Iglesia local se compromete cada vez más con la distribución de alimentos y la construcción de nuevas viviendas. Jeanie Curiano, responsable del sector humanitario de Cáritas Filipinas, declaró: «Las carreteras y las comunicaciones siguen cortadas: es difícil llegar a todas las zonas del desastre».