Al final de la audiencia general, Francisco dirige su pensamiento a la «atormentada» población del país del este europeo, que vivirá meses difíciles debido a los cortes de luz y electricidad provocados por las incursiones rusas. El Papa insta a los jóvenes, empezando por los del Colegio Saint Michel des Batignolles de París sentados a su lado, a rezar por sus compañeros. Hace un llamamiento a la paz en Oriente Medio, donde «la gente sufre tanto» y anuncia la traducción al chino de la catequesis