En el domingo dedicado a Jesús Buen Pastor, Francisco se detiene en el significado de «dar la vida» por las propias ovejas. El Pontífice insiste en que, para Cristo, cada persona es insustituible y no es sólo una manera de decir. «¡Cuántas veces acabamos desperdiciándonos por pequeñeces!», observa, invitando a ponerse en presencia de Jesús y dejarse acoger por Él