Tras rezar el Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa aludió a los ataques contra comunidades y lugares de culto en Bangladesh, Nigeria, Mozambique, Sudán y otras regiones. Recordó el grave atentado terrorista en Kivu, en la República Democrática del Congo, que dejó al menos veinte muertos. Rezó por el pueblo ucraniano, exhortándolos a no acostumbrarse a la guerra y la destrucción, y expresó su solidaridad con los afectados por el reciente accidente de tráfico en el sur de Perú