León XIV recibe en audiencia a la comunidad del Colegio Pontificio Portugués de Roma y señala la colaboración entre «clérigos y laicos», gracias a la cual nació la residencia religiosa, una experiencia que la «Iglesia, llamada hoy a reforzar su estilo sinodal», debe atesorar. Encontrarse en la Ciudad Eterna para «profundizar en el estudio de la teología o de las ciencias humanas y sociales», explica el Pontífice, lleva a «formarse cada vez más en el arte de la escucha».