El mensaje de León XIV llegó, a través del secretario de Estado Parolin, a la inauguración de la asamblea reunida en Torre Pellice hasta el 27 de agosto. El deseo es que se camine «con sinceridad de corazón hacia la plena comunión, para testimoniar a Jesucristo y su Evangelio», dando «respuestas comunes al sufrimiento que aflige a los más débiles».