En la audiencia general, Francisco confía la lectura de la catequesis a un funcionario de la Secretaría de Estado debido a la dificultad para hablar por un resfriado. En el texto, se detiene en la Visitación, la visita de María a Isabel, y en los rasgos de la Virgen, que después de su asombro por lo que le había anunciado el ángel, se pone en camino, sin miedo a los peligros ni a los juicios de los demás, y empujada por el amor va a ayudar a un pariente.